¿QUÉ ES LA ADOLESCENCIA? ¿CUÁNDO EMPIEZA? Y  ¿CUÁNDO ACABA?

madreSon preguntas que hoy en día cuestan bastante de contestar. Sobre todo porque hoy en consulta recibimos a niños que, en la que es o debería ser su más tierna infancia, se preocupan por su aspecto, tienen complejos con su cuerpo, posan para las fotos como modelos de Vogue, manejan tecnología en la que pueden encontrar contenidos para los que no están preparados, utilizan vocabulario y expresiones cuyo significado desconocen…

En el otro extremo tenemos a esas personas cuya adolescencia empezó a una edad más avanzada pero que sin embargo nunca ha llegado a su fin, siguen de año sabático, buscándose, viajando con dinero que no se han ganado, creyéndose almas libres, no pertenecientes a nada ni a nadie, ciudadanos del mundo que creen que el tiempo es infinito.

Probablemente esto ha ocurrido siempre, pero el número de personas y la magnitud de este hecho es cada vez mayor.

Los terapeutas nos encontramos a personas adultas con las que tenemos que hacer una intervención adolescente y niños con los que es difícil jugar, no por el motivo de consulta por el que puedan venir, sino porque los niños están dejando de ser niños.

 

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS CUENTOS DE HADAS?

 

librosMaite Muñoz dio una conferencia que llevaba este título el año pasado, y si algo aprendimos de ella es que los niños necesitan fantasear, vivir y experimentar la realidad en las dosis y de la forma que puedan asimilar, y no más. La estimulación que reciban debe ser acorde a su edad, o les robaremos algo que nunca más tendrán oportunidad de recuperar.

Es cierto que la inteligencia y expresión emocional se aborda cada vez más en los colegios y a veces nos dejan a los adultos sin habla ante determinadas situaciones, parecen más adultos de lo que son y nos hacen pensar “yo a su edad no decía esto, no sabía aquello, todavía juaga con tal juguete, no hacía tal cosa…” Esta es un arma de doble filo porque nos lleva a creer que son más adultos de lo que son, y a tratarles y exigirles como tales. Pero cuidado, los niños necesitan rutinas, pautas y límites para crecer con la seguridad que merecen.

 

FANTASÍA Y LÍMITES

Tan necesaria en todas y cada una de las etapas de la vida. Alguien cuya capacidad de fantasear es nula sin duda es alguien con problemas.

Mediante ella podemos gestionar y dar salida a sentimientos que pueden parecernos en ocasiones intolerables como la envidia, rabia, odio, impulsos agresivos…

travelPero alguien que vive atrapado en la fantasía, sin duda también, es alguien con problemas. Es alguien que corre el riesgo de que cuando despierte, el tiempo haya pasado. Y aunque me gusta decir que nunca es demasiado tarde, si uno tiene una meta pero no trabaja, difícilmente lo conseguirá. Algo que, por otro lado, también está dejando de transmitirse a los niños, y que dificulta el abandono de ese sentimiento de omnipotencia y egocentrismo característicos de determinadas etapas infantiles.

Parece que hoy, solo por nacer y ser, ya está todo hecho. La disciplina, la constancia y las recompensas a largo plazo se enseñan desde pequeños, y más en la sociedad de la inmediatez en la que estamos cada vez más inmersos.

Querer no es poder. Querer y trabajar para algo, quizás sea poder, y en ocasiones tampoco. En el otro extremo a la situación anterior, tenemos a quien deposita todo sobre sus espaldas. Creer que todo depende de nosotros nos proporciona una falsa sensación de seguridad: si algo depende de mi, puedo cambiarlo, está en mi mano. Pero también puede generar una presión tan grande que nos hunda. Y también existen muchas ocasiones en las que queremos y no sabemos cómo.

 

CAMBIOS INTERGENERACIONALES Y COMPROMISO

En la generación de los llamados Baby Boomers los puestos de mayor responsabilidad eran para los empleados con mayor antigüedad y el horario de trabajo estaba delimitado a la estancia en la oficina. Con la generación X esto empieza a cambiar, hasta llegar a la generación en la que las pasiones se convierten en trabajo, los millennials. Esto hace que se diluyan los límites y las responsabilidades, tan unidas al compromiso.

STARTUPLo que me gusta hoy no tiene por qué ser lo que me guste mañana, eso le puede pasar a cualquiera. Cambiamos, evolucionamos, pero les ocurre especialmente a aquellos que no tienen una identidad definida. ¿Cómo lidiar con esto si no he abandonado mi periodo adolescente? ¿si sigo buscándome? ¿Si no se hacia dónde voy? Y lo que es peor, ¿Si no sé quién soy? Para empezar un proyecto y restarle participación al azar tengo que poder responder a estas preguntas, puesto que requiere hacer una inversión económica, energética y temporal. Esa conducta de ensayo-error que utilizamos en la infancia y adolescencia para saber qué actividad extraescolar hacer o qué deporte practicar no será válida aquí, y nuestra capacidad introspectiva y autocrítica determinará nuestro aprendizaje, de los errores que se cometen a lo largo de todo el ciclo vital, se viva la etapa que se viva.

A menudo digo que los 30 de ahora son los 20 de antes, la gente en esta franja de edad vive atrapada en el cambio de dos generaciones, la de la recompensa al final del camino y la del aquí y ahora; entre la de empezar y acabar en el mismo sitio y la del cambio de trabajo, de residencia, de relaciones. Y esto inevitablemente genera un conflicto, que requiere de atención y adaptación.

Los límites, las fantasías, la disciplina, el compromiso, y en definitiva, un buen anclaje a la realidad, son básicos para la funcionalidad de un ser humano y para esa felicidad que tanto persigue que, para los que no lo sepan, está lejos de ser un estado permanente, sino que es un sentimiento momentáneo. Es por ello que disfrutar del viaje, incluso más que llegar al destino, parece una buena opción.

 

-¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir? 

-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato.

-No me importa mucho el sitio… -dijo Alicia.

-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato.

– … siempre que llegue a alguna parte – añadió Alicia como explicación.

– ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte – aseguró el Gato -, si caminas lo bastante!

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